Carbón Negro

Hoy hemos querido publicar nuestra opinión de Carbón Negro, tras visitar por segunda vez el restaurante, la primera vez fue justo al poco de inaugurarse y hoy queríamos ver si seguía con el mismo nivel tras haber pasado un año desde su inauguración.

El restaurante es muy grande, y tiene una zona de barra a la entrada, donde puedes esperar a tu grupo tomando algo o incluso picar algo si no consigues mesa para comer.

Lo primero que pedimos es unos buñuelos de queso idiazábal, que estaban muy ricos y cremosos, y de primero también pedimos unas croquetas de txangurro, que están ricas. Se agradece que se puedan pedir medias raciones en los entrantes para poder probar varias cosas.

Como plato estrella de la comida pedimos una chuleta de vaca para 2 personas, que la hacemos acompañar de unos pimientos de lodosa, que junto a las patatas fritas le dan un punto espectacular a la carne.

Y como postre, no podíamos dejar de probar su famosa tarta de queso, y la verdad es que no decepciona: muy rica y cremosa, se deshace en la boca cuando la tomas.

Un servicio rápido y eficiente, y un comedor cómodo, en el que se nota que no hay prisa por echarte,  hacen que tengamos una muy agradable velada, y que recomendemos este restaurante para una celebración especial.